¡Quién dijo miedo!

Lo sucedido ayer en Argentina nos hace comprobar, una vez más, que nada ni nadie es eterno. ¡Qué alivio! A veces nos sentimos tan abandonados y nos preocupa tanto la prepotencia y la arrogancia de ciertos líderes que piensan que su poder es omnímodo y por tanto se sienten todopoderosos, que nos provoca salir corriendo. Sin embargo y por fortuna, no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. Por eso es tan importante aprender a mejorar nuestros argumentos sin necesidad de tener que gritar para ser escuchados. Desde siempre hemos sabido que la igualdad es tan importante como la habilidad y por tanto, para alcanzar una vida creativa debemos dejar atrás el temor a equivocarnos y recordar todo aquello que nos causó rabia, dolor, angustia, temor para saber qué camino tomar, a quién creer y aceptar y además enfrentar todo aquello que nos puede causar absoluta desolación.

Para vivir una existencia creativa hay que perder el miedo a equivocarse. La sabiduría radica en saber lo que podemos hacer y lo que no debemos hacer, lo que hay que aceptar y lo que debemos rechazar. Todo obstáculo que aparece en el camino es producto de haber abandonado nuestro instinto para alcanzar las metas previstas que determinan nuestro presente y futuro porque el pasado, nos guste o no, haya sido bueno o malo, quedó atrás y no volverá. Nuestras mejores armas serán siempre la inspiración y la imaginación que pueden llevarnos a una vida mejor y por ende al éxito, no porque hayamos estado destinados para alcanzarlo sino porque tenemos una firme determinación de lograrlo. Si anhelamos algo, encontraremos un camino. La autodeterminación debe ir de la mano del autocontrol. La gente rabiosa no es razonable como lo son aquellas personas que rara vez se enojan. Por último, no podemos olvidar que el miedo es una reacción mientras que el coraje es una decisión.